Si… el verano da para mucho y más si no tienes nada que hacer te aburres y hace esta calor por eso hoy me he puesto rollo filosófico y me he hecho dos preguntas básicas para el sentido de la vida, ¿Alguien se ha acabado por completo una goma de borrar Milán sin romperla? Y ¿Por qué esa horrorosa goma en los lápices? Y esto me ha hecho pensar.
Todos recordamos la E.G.B., volvíamos del verano y el que tenía un estuche nuevo sabía que lo iba a petar, bueno por lo menos los primeros días. Llegaba con el estuche, ganas de fardar pero con precaución porque sabía que los buitres, de 8 años pero buitres (mini Julianes Muñoz), de la clase estarían atentos para abalanzarse sobre él. Pero entonces llegaba la temida pero a la vez querida primera actividad con la que podías desvirgar todo tu nuevo arsenal que se encontraba perfectamente colocado en su sitio. Cuidadosamente vas usando el lápiz, color, goma… que necesitas. Pero en cuanto menos te lo esperas te llega la pregunta que por nada del mundo querías oír: “¿Me dejas el amarillo?” bufff, ahhhh, no sabes que contestar, tiene la punta entera todavía, no lo habías ni tocado y otro quería adelantarse y eso no lo podías permitir y empleabas la táctica de: “es que ahora lo iba a usar yo”; ¡Salvado! piensas, ¡pero no! porque te contesta: “bueno cuando acabes me lo pasas, te cojo el azul” y tu: “s-s-sí…”. Entonces empezaban tus preocupaciones y no podías concentrarte en lo que hacías solo estabas pendiente de a ver si acababa de una vez y volvía tu querido color, porque sabias que aún con tus premisas de “no aprietes” y de “no se lo dejes a nadie” no estaba del todo claro que volviera en perfectas condiciones. Pero lo peor estaba por venir y es que no te habías dado cuenta pero dejándole ese color habías abierto un self-service y en un momento, sin casi darte cuenta, tu estuche era violado por esos que aún vivían con el material que usaban el año pasado y sabían que el tuyo molaba más. Ya está, ahí se acababan los momentos de gloria del niño del estuche nuevo porque su bien más preciado había pasado por más manos que Yola Berrocal.
Volviendo a mis preguntas… si alguien ha sido capaz de acabarse una goma Milán sin romperla por favor que me lo haga saber porque lo inscribiré en mi lista de héroes debajo de Goku y por encima de McGyver. Es algo imposible. Tarde o temprano se va a agrietar y no vas a poder hacer nada para evitarlo, que en parte, todo hay que decirlo, iba bien porque podías putear a los demás tirándole trocitos que eso siempre aliviaba los momentos más duros de la clase.
La goma del lápiz, otro horror… ¿Por qué la pusieron para hacerlo más práctico si sabían que no borraba? Joder, no hacen test ni pruebas científicas para luego patentar estas cosas, pues me da a mí que el que le dio el visto bueno era español, eso fijo. Luego está la versión evolucionada que son los bolis que llevan una parte que lo borra pero después de los dos primeros usos otra mentira más Y, ¿Por qué solo ese boli y no todos? Entonces ya me estas timando porque eso no borra la tinta de los bolis solo borra lo que sea que suelta eso por lo tanto ya no es un boli ¿o no?
En definitiva el señor que hacia las gomas Milán las fabricaba ya para que se rompieran para que así le compraran más, porque sabía que tenía el 90% del monopolio de las gomas en el mundo y sabía que entre una Milán y una Standler, con el cartoncito ese horroroso, iba a salir ganando él. Porque las suyas molaban más que eran de colores y tenían animalitos dibujados. En cambio lo de poner la goma en el lápiz seguramente fue ideado por el señor que hace las hojas Din A4, que sabía que el que usara esa goma en una de sus hoja, aún corriendo con el riesgo de poder incendiarla, la acabaría rompiendo y eso significaría el uso de más y más hojas y su imperio no pararía de crecer a costa de inocentes personas que lo usaban porque lo encontraban práctico.
Esta es mi teoría sobre como dos inventos ¿defectuosos? Han hecho que dos personas se conviertan en los perversos magnates del material escolar en el mundo, ahora no caigáis en su trampa y no os dejéis dominar, ¡Estad alerta!
Todos recordamos la E.G.B., volvíamos del verano y el que tenía un estuche nuevo sabía que lo iba a petar, bueno por lo menos los primeros días. Llegaba con el estuche, ganas de fardar pero con precaución porque sabía que los buitres, de 8 años pero buitres (mini Julianes Muñoz), de la clase estarían atentos para abalanzarse sobre él. Pero entonces llegaba la temida pero a la vez querida primera actividad con la que podías desvirgar todo tu nuevo arsenal que se encontraba perfectamente colocado en su sitio. Cuidadosamente vas usando el lápiz, color, goma… que necesitas. Pero en cuanto menos te lo esperas te llega la pregunta que por nada del mundo querías oír: “¿Me dejas el amarillo?” bufff, ahhhh, no sabes que contestar, tiene la punta entera todavía, no lo habías ni tocado y otro quería adelantarse y eso no lo podías permitir y empleabas la táctica de: “es que ahora lo iba a usar yo”; ¡Salvado! piensas, ¡pero no! porque te contesta: “bueno cuando acabes me lo pasas, te cojo el azul” y tu: “s-s-sí…”. Entonces empezaban tus preocupaciones y no podías concentrarte en lo que hacías solo estabas pendiente de a ver si acababa de una vez y volvía tu querido color, porque sabias que aún con tus premisas de “no aprietes” y de “no se lo dejes a nadie” no estaba del todo claro que volviera en perfectas condiciones. Pero lo peor estaba por venir y es que no te habías dado cuenta pero dejándole ese color habías abierto un self-service y en un momento, sin casi darte cuenta, tu estuche era violado por esos que aún vivían con el material que usaban el año pasado y sabían que el tuyo molaba más. Ya está, ahí se acababan los momentos de gloria del niño del estuche nuevo porque su bien más preciado había pasado por más manos que Yola Berrocal.
Volviendo a mis preguntas… si alguien ha sido capaz de acabarse una goma Milán sin romperla por favor que me lo haga saber porque lo inscribiré en mi lista de héroes debajo de Goku y por encima de McGyver. Es algo imposible. Tarde o temprano se va a agrietar y no vas a poder hacer nada para evitarlo, que en parte, todo hay que decirlo, iba bien porque podías putear a los demás tirándole trocitos que eso siempre aliviaba los momentos más duros de la clase.
La goma del lápiz, otro horror… ¿Por qué la pusieron para hacerlo más práctico si sabían que no borraba? Joder, no hacen test ni pruebas científicas para luego patentar estas cosas, pues me da a mí que el que le dio el visto bueno era español, eso fijo. Luego está la versión evolucionada que son los bolis que llevan una parte que lo borra pero después de los dos primeros usos otra mentira más Y, ¿Por qué solo ese boli y no todos? Entonces ya me estas timando porque eso no borra la tinta de los bolis solo borra lo que sea que suelta eso por lo tanto ya no es un boli ¿o no?
En definitiva el señor que hacia las gomas Milán las fabricaba ya para que se rompieran para que así le compraran más, porque sabía que tenía el 90% del monopolio de las gomas en el mundo y sabía que entre una Milán y una Standler, con el cartoncito ese horroroso, iba a salir ganando él. Porque las suyas molaban más que eran de colores y tenían animalitos dibujados. En cambio lo de poner la goma en el lápiz seguramente fue ideado por el señor que hace las hojas Din A4, que sabía que el que usara esa goma en una de sus hoja, aún corriendo con el riesgo de poder incendiarla, la acabaría rompiendo y eso significaría el uso de más y más hojas y su imperio no pararía de crecer a costa de inocentes personas que lo usaban porque lo encontraban práctico.
Esta es mi teoría sobre como dos inventos ¿defectuosos? Han hecho que dos personas se conviertan en los perversos magnates del material escolar en el mundo, ahora no caigáis en su trampa y no os dejéis dominar, ¡Estad alerta!
JD
1 comentario:
Brutal!!
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